¿Qué se necesita para triunfar en el mundo laboral teniendo fibromialgia?
Cada vez es más frecuente escuchar que el cliente interno de cada organización es tanto o más importante que el cliente externo, pues su desempeño es clave para mejorar la producción, construir mejores equipos, y alargar la vida útil de la empresa (o institución de cualquier índole). Sin embargo, pasar del papel y la teoría a la práctica es el verdadero reto para aquellos que se precian de ser líderes, quienes tienen la fortuna de dirigir proyectos, y tienen la responsabilidad de velar por el buen funcionamiento de equipos compuestos por personas, cada una con sus particularidades. ¿De qué manera debe actuar una organización (y sus líderes) al encontrarse con un trabajador que tenga una enfermedad como la fibromialgia? ¿Qué debe esperar una persona con fibromialgia al momento de integrarse al mercado laboral?
Manyely Carreño tiene 28 años de experiencia trabajando en áreas administrativas, y específicamente en lo relacionado con gestión del talento humano. Actualmente es Coordinadora de Educación Continuada de la Universidad Católica de Colombia, y su visión nos permitirá entender mejor el contexto actual del mundo laboral con respecto a estas enfermedades que afectan mayormente a mujeres y que, además, son invisibles. Ella sostiene que, para una mujer buscando emplearse, “esto (tener fibromialgia) no tiene ninguna limitante. Lo importante es dar a conocer cuál es mi condición de salud para que las empresas tengan conocimiento que en determinado momento voy a requerir de más atención médica, permisos, terapias y así poder llevar a cabo las actividades laborales por las cuales fui contratada. Entonces, digamos que posibilidades sí hay, el tema es cómo las empresas la vinculan con condiciones laborales que le favorezcan para que ella se desempeñe como se espera y que, a la vez, esto no afecte, ni su salud, ni sus condiciones, ni en la parte laboral”.
Ahora bien, en Colombia la mayoría de los empleos (el 78%) son generados por PYMES, empresas que, aunque legalmente tienen que contar con procedimientos y con asistencia médica, no siempre cuentan con el músculo financiero para poder soportar situaciones como la fibromialgia con la misma integridad y la misma capacidad que una multinacional. No obstante, Manyely señala que “la pandemia nos ha dejado muchas lecciones”, y esto implica pensar en algunos esquemas o facilidades para trabajar de manera armónica con el trabajador, en los que no se vean afectados los intereses de las empresas ni las necesidades del trabajador. Por ejemplo:
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Teletrabajo
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Trabajo en casa
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Trabajo en alternancia
El objetivo es contar con un esquema y un modelo que permita a las empresas aprovechar el potencial que ve en el trabajador, y que también le de la oportunidad a este de cumplir con su responsabilidad y sus actividades contractuales, cumplir con resultados, y al mismo tiempo tener apoyo y seguimiento emocional, si no médico, a partir de los exámenes ocupacionales que se hacen al iniciar.
Laura Becerra, administradora de empresas y directora de recursos humanos en una agencia de publicidad, resalta que el “manejo especial” que se debería dar a personas con condiciones como la fibromialgia no debe confundirse con el trato discriminatorio, “se trata más de adaptar los espacios de trabajo o las actividades de una persona con dolor crónico o con una enfermedad que limite su capacidad de moverse, adaptar su entorno para que pueda estar tranquila a la hora de trabajar, paro que pueda tener un desarrollo óptimo de todo lo que tenga como función según su contrato”.
La fibromialgia, entonces, no pareciera ser un factor limitante para conseguir empleo, mientras el paciente pueda cumplir con una serie de condiciones o requisitos que, al final del día, son los mismos con los que todo trabajador debe contar: comunicación asertiva, proactividad y preparación para el cargo. Estos tres elementos se vuelven fundamentales para cultivar una relación sana entre el empleado y la organización que lo emplea, sobre todo si la fibromialgia está de por medio.
Esta enfermedad, aunque no tiene cura, tampoco causa que el paciente esté permanentemente incapacitado, pues su comportamiento está basado en crisis temporales con detonantes cada vez mejor identificados. Entonces, comunicar de manera asertiva los síntomas y situaciones derivadas de “la fibro” sin duda ayuda a prevenir conflictos en lo laboral, esto es un ejercicio de doble vía, en el que los líderes de las organizaciones también deben ser claros y oportunos expresando sus puntos de vista al respecto de la enfermedad y la productividad del empleado.
La proactividad, por su parte, es un factor diferencial que puede poner al paciente de fibromialgia muy por delante de otros empleados e, incluso, de los efectos de su propia enfermedad, ¿qué tanto valor recibe la empresa de cada empleado?
Y, finalmente, la preparación, que es completamente independiente de la fibromialgia, y que responde a situaciones más complejas, debates más profundos, y medidas de carácter más estructural, cultural y social, como el acceso y la calidad de la educación, los contenidos y competencias que se enseñan, las diferencias entre instituciones educativas privadas y estatales, el auge de la educación online (con startups como Platzi plantando cara a la educación tradicional).
Lo cierto es que, cuando una empresa reconoce el talento en un candidato o en un empleado, y valora su trabajo, hace lo posible por adaptarse a sus necesidades. En contextos de crisis económicas como la que vive el mundo actualmente, las empresas que se mantengan en pie serán aquellas capaces de velar por el bienestar íntegro de sus clientes internos, y una enfermedad como la fibromialgia no es un impedimento para ello mientras el paciente así lo quiera. Mientras tanto, el derecho laboral tendrá que evolucionar para abarcar estas patologías y cubrirlas óptimamente.